Botas texanas, sombreros de vaquera, boas y pelucas de colores, stickers con strass que forman dibujos en las caras y hombros de los y las fans. Los comerciantes de la zona, desde el kiosquero al zapatero, aprovechan para improvisar una mesa con remeras, pases VIP de fantasía, tatuajes de henna, posters, sandwiches de milanesas veganas y jugos estilo “Naranjú”. La previa del primer recital de Taylor Swift en Argentina parece una coda de la marcha del orgullo del sábado pasado en lo que respecta al despliegue de outfits y merchandising, pero también en relación al clima de alegría y deseos de sentar posiciones políticas.
Por todos lados se ven desde la mañana micros que vienen de distintos puntos del país. En la capital cordobesa, por ejemplo, fueron furor los paquetes turísticos para venir al recital, con transporte hasta la entrada de la cancha de River incluida. La mayoría de los chicos y, sobre todo, chicas tienen “pulseras de la amistad”. Las hacen ellas mismas con mostacillas con letras --con versos y títulos de las canciones, contraseñas y guiños entre fans--, y en los recitales se suelen intercambiar como gesto de compañerismo y comunidad.
“Swiftie no vota Milei”
Un grupo de swifties prepararon su propia versión proselitista de las pulseras: con cuentas celestes y blancas. En vez de letras de canciones, tienen las siglas del partido que lleva como candidato a Sergio Massa para el balotaje del 19 de noviembre: “UxP2023”. Dicen también “Just stop Milei”.