Todo el tiempo vamos tomando decisiones. Ya sea para dormir unas horas más, la ropa que nos pondremos, el transporte que usaremos para ir al trabajo. En fin, son decisiones que uno va tomando en el momento. Pero hay algunas decisiones que nos afectan, de forma positiva o negativa, durante toda la vida. Analicemos esta historia. Una decisión guiada por Dios Dios dio la orden de enviar 12 espías a Canaán para reconocer la tierra que Jehová entregaría al pueblo de Israel. Moisés obedeció este mandato y envió a estos hombres. Al retornar, los 12 espías empezaron a dar sus informes a Moisés. Diez de estos hombres informaron cómo era la tierra y mostraron el fruto que se encontraba en ella. Pero además contaron lo fuertes y grandes que eran los habitantes de esa tierra. Esto alborotó al pueblo. Inmediatamente Caleb, uno de los espías, se levantó y animó al pueblo a ser valiente y creer que Dios estaba con ellos para vencer a sus enemigos. Una decisión guiada por el miedo Al oír esto, los 10 espías no estaban de acuerdo con la posición que tenía Caleb, entonces empezaron a divulgar un mal informe. Por lo tanto, el pueblo tomó la decisión de oír el mal informe de los 10 espías y rechazar lo anunciado por Caleb. Es impresionante como una decisión guiada por el miedo puede producir llanto y desesperación a todo un pueblo, al punto de anticiparse a algo que aún no está sucediendo. ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?. Números 14:3 (RVR 1960). La decisión que tomó el pueblo de Israel, de no creer en las promesas de Dios y dejarse llevar por el miedo, les llevó a perder la bendición de entrar y disfrutar la tierra que Dios les prometió.